Creatividad e
Innovación son conceptos que están íntimamente interrelacionados y que permiten
a las personas y líderes tomar decisiones para optimizar el uso de recursos
siempre escasos, para satisfacer necesidades cada vez más crecientes de la
población.
Como parte de este
estudio, la creatividad es la capacidad de pensar cosas
nuevas, o de pensar lo viejo de un modo diferente; y en cambio, la innovación como la capacidad de
hacer cosas nuevas. Mientras la primera se genera en el ámbito de lo
imaginario, la segunda se materializa en el ámbito de la acción, (Jordán,
1996). Así como también, de una manera más completa, se contextualiza la
“creatividad organizacional” como la producción de ideas útiles y nuevas por
parte de un individuo o un pequeño grupo que trabaja en equipo; la “innovación
organizacional” es la exitosa puesta en práctica de ideas creativas, por la
organización; y el cambio organizacional
es un proceso creador e innovador sostenido en el tiempo que afecta a la
configuración de la propia organización, o a alguno de sus componentes
esenciales (la estructura, las personas y la tecnología, entre otras). (Gómez
Dacal, 1966).
En este sentido, la creatividad
y la innovación para la empresa ocupa un lugar privilegiado, es la manera como
las empresas utilizan y reutilizan su conocimiento, promueven ideas de manera
creativa, innovan, desarrollando nuevas estrategias y metodologías, le otorgan
a la organización un valor agregado y le ayuda a posesionarse del mercado en un
momento determinado, (Martínez, 2003).
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